La obesidad es una enfermedad crónica, pero tratable, asociada con el exceso de peso. Para las personas que viven con obesidad, el manejo del peso implica mucho más que los kilos que podemos ver. Las personas con un índice de masa corporal (IMC) mayor o igual a 30, suelen considerarse que tienen obesidad. La obesidad puede tener un impacto negativo en tu salud. Pero hay buenas noticias: la pérdida de peso podría mejorar ciertas afecciones relacionadas con el peso.
La obesidad puede ser causada por varios factores, como la genética, las señales y hormonas del apetito, el entorno en el que vives y los hábitos o tradiciones culturales.
Saber que existe una ciencia detrás de la pérdida de peso puede ayudarte a sentir confianza para considerar un plan para el manejo del peso que podría incluir cambios en el estilo de vida y otras opciones de tratamiento para perder peso y mantenerlo.
El índice de masa corporal (IMC) es una herramienta de detección basada en la altura y el peso de una persona, lo que ayuda a los médicos a evaluar categorías de peso que podrían provocar problemas de salud en sus pacientes.
Ya que hay distintos tipos de cuerpos de diferentes formas y tamaños, el IMC no siempre será una medida precisa a la hora de evaluar el estado de salud en general.
El sobrepeso y la obesidad afectan mucho a la comunidad hispana debido a la fuerte influencia de su cultura y las tradiciones familiares y sociales.
Otros factores clave que contribuyen a que la obesidad sea más compleja en los hispanos son:
La genética
El estrés
La falta de actividad física
Los factores ambientales
Las dietas hispanas tradicionales altas en calorías
Las diferencias en el estado socioeconómico
En Estados Unidos, la obesidad afecta de manera desproporcionada a los hispanos, quienes tienen una mayor prevalencia de obesidad y enfermedades relacionadas como problemas del corazón y diabetes tipo 2, en comparación con la población blanca no hispana.
Aprende más sobre cómo el exceso de peso y la obesidad afectan a los hispanos.
Tener exceso de peso está relacionado con ciertos factores de riesgo, como la presión arterial alta y el colesterol alto, que pueden provocar enfermedades del corazón.
Descubre la relación entre el peso y ciertos factores de riesgo para enfermedades del corazón.
Tener exceso de peso podría aumentar tu riesgo de desarrollar prediabetes y, en última instancia, diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 es una afección duradera en la que tu cuerpo tiene problemas para controlar la cantidad de azúcar en la sangre.
Para las personas que tienen exceso de peso y diabetes tipo 2, perder al menos el 2.5 % de su peso corporal podría ayudar a mejorar los niveles de azúcar en sangre.
La prediabetes es una afección que a menudo se convierte en diabetes tipo 2. Para las personas que tienen exceso de peso y prediabetes, perder hasta el 10 % de su peso corporal podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
El asma es una afección respiratoria en la que las vías respiratorias de los pulmones se encuentran oprimidas, lo que provoca dificultad para respirar normalmente. Según un análisis, las personas que tienen exceso de peso u obesidad tienen un 50 % más probabilidades de desarrollar asma.
Perder entre el 7 % y el 8 % del peso corporal podría mejorar los síntomas del asma.
Las personas que tienen exceso de peso u obesidad tienen más probabilidades de desarrollar presión arterial alta. Vivir con presión arterial alta es un factor que podría provocar enfermedades del corazón.
Perder entre el 5 % y el 15 % o más del peso corporal podría ayudar a reducir la presión arterial.
Las personas que tienen exceso de peso corren el riesgo de desarrollar apnea obstructiva del sueño, un problema respiratorio grave. Dependiendo de la gravedad, esto podría provocar un aumento de ciertos problemas del corazón.
Perder al menos el 10 % del peso corporal puede ayudar a mejorar sustancialmente los síntomas de la apnea obstructiva del sueño.
Las personas que tienen exceso de peso u obesidad tienen más probabilidades de tener niveles de colesterol y triglicéridos que no se encuentran dentro del rango normal. Tu LDL, o colesterol “malo”, podría ser demasiado alto. Tu HDL, o colesterol “bueno”, podría ser demasiado bajo. Además, tus niveles de triglicéridos (un tipo de grasa) podrían ser demasiado altos.
Perder entre el 5 % y más del 15 % del peso corporal puede ayudar a mejorar cada uno de estos niveles.
Vivir con el colesterol malo alto es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades del corazón.
El hígado graso es una afección en la que se produce una acumulación excesiva de grasa en el hígado. Esta puede evolucionar a una esteatohepatitis asociada a la disfunción metabólica, una forma más grave de la enfermedad del hígado graso. Las personas que tienen exceso de peso u obesidad tienen más probabilidades de padecer estas afecciones.
Perder entre un 3 y un 5 % del peso corporal puede mejorar el hígado graso.
Perder al menos el 10 % del peso corporal puede mejorar la esteatohepatitis asociada a la disfunción metabólica.
El síndrome de ovario poliquístico o infertilidad es una afección en la que se han formado pequeños quistes o sacos llenos de líquido en los ovarios. Esta afección es aproximadamente 2 veces más probable en mujeres con exceso de peso.
Perder entre el 5 % y el 15 % del peso corporal podría ayudar a mejorar una serie de síntomas asociados con el síndrome de ovario poliquístico, como la irregularidad del ciclo menstrual.
La osteoartritis es una enfermedad de las articulaciones y la forma más común de artritis. Puede ser causada por un aumento de presión en las articulaciones, incluidas las rodillas, y es más común en las personas que tienen obesidad. Las personas que tienen exceso de peso u obesidad tienen entre 4 y 5 veces más probabilidades de desarrollar osteoartritis de rodilla que alguien que no vive con obesidad.
Perder entre el 5 % y el 15 % del peso corporal podría disminuir el dolor de rodilla y mejorar la función de la rodilla, así como la distancia y la velocidad al caminar.
Perder peso podría mejorar algunas afecciones relacionadas con la obesidad.
Vivir con obesidad podría estar relacionado con un mayor riesgo de tener un segundo ataque al corazón o de morir por causa de una enfermedad cardíaca. Según un estudio, ese riesgo podría ser entre un 50 % y un 80 % mayor, según el IMC.
En un estudio, las personas que colaboraron con un médico perdieron 5 veces más peso que quienes lo hicieron solos.
Carlos Campos, MD. Portavoz remunerado de Novo Nordisk. Anndy, una Paciente Embajadora remunerada de Novo Nordisk.
Carlos Campos, MD. Portavoz remunerado de Novo Nordisk. Anndy, una Paciente Embajadora remunerada de Novo Nordisk.
Carlos Campos, MD. Portavoz remunerado de Novo Nordisk. Anndy, una Paciente Embajadora remunerada de Novo Nordisk.
Algunos triunfos van más allá del simple hecho de perder peso. Cuando se sigue un plan y se establecen nuevas metas, la pérdida de peso podría mejorar:
Los niveles de energía
La actividad, de moderada a intensa
Caminar, subir escaleras o arrodillarse
Las tareas diarias, como cargar las compras
El estado de ánimo
Si bien una alimentación saludable y actividad física regular son esenciales, es posible que no sean suficientes para perder y mantener tu peso. Si has hecho cambios en tu estilo de vida pero recuperaste el peso perdido, no te rindas. Trabaja junto con tu médico para ayudarte a crear un plan personalizado para el manejo del peso.
Cuando intentamos perder el exceso de peso, muchos de nosotros tenemos un objetivo en mente. Cuando lo alcanzamos, queremos permanecer allí. Pero no siempre es tan sencillo. Manejar el peso puede incluir las siguientes etapas:
Pérdida de peso
Perder peso de manera constante
Estancamiento
Permanecer en el mismo peso
Recuperar el peso
Recuperar el peso perdido anteriormente
Es cierto. Durante todo el día, el sistema nervioso, que incluye el cerebro, recibe señales sobre el apetito a través de las hormonas que provienen de diferentes partes del cuerpo, como el estómago, los intestinos y el tejido adiposo. El cerebro responde a las hormonas del apetito. Tanto el cerebro como estas hormonas del apetito contribuyen a qué comemos, por qué comemos y cuánto comemos.
Nuestro cerebro responde a las hormonas del apetito que dicen que necesitamos energía, a veces incluso cuando no la necesitamos.
“Tengo hambre. Debería comer ya”.
Otras veces, incluso cuando no tenemos hambre, las señales enviadas a nuestro cerebro pueden hacer que comamos por placer.
“La cena estuvo deliciosa y me siento lleno,
pero no me quiero perder el postre”.
“Mis amigos van a salir a comer y no quiero sentirme excluido”.
Al reaccionar ante el hambre, el placer y otros impulsos, el cerebro determina qué acción tomar.
“Tengo hambre, ¿pero, por qué?, si recién
acabo de comer...”
“Comeré una ensalada. Tal vez eso
calme mi hambre”.
La comida es una parte importante de las reuniones sociales y las celebraciones, lo que puede hacer más difícil mantener un peso saludable.
Recomendación: Intenta elegir opciones de comidas más saludables y consumir porciones más pequeñas al participar en estos eventos.
Muchos alimentos tradicionales hispanos son altos en carbohidratos, como el arroz, los frijoles y las tortillas de maíz, lo que puede contribuir a un aumento de peso.
Recomendación: Elije frutas y verduras y alimentos altos en fibras, como arroz integral o quinua.
Las bebidas azucaradas como los refrescos y los jugos de frutas pueden agregar calorías adicionales.
Recomendación: Intenta reemplazar dichas bebidas por agua, agua con gas, agua saborizada con frutas naturales, y té o café sin azúcar
Es por esto que trabajar de la mano con tu médico es muy importante, ya que puede ayudarte a enfrentar de una mejor manera cada uno de estos desafíos.
Perder peso y mantenerlo es difícil debido a la forma en que el cuerpo responde a la pérdida de peso: después de perder peso, el cuerpo intenta recuperarlo.
Para las personas que intentan perder peso y mantenerlo, los cambios en estas hormonas después de la pérdida de peso pueden complicar las cosas.
La hormona del apetito aumenta y las hormonas de la saciedad disminuyen, haciéndonos sentir más hambre y menos llenos. Esto puede hacer que comamos más.
Un plan de manejo del peso adaptado a tu rutina diaria y tus tradiciones culturales es clave para ayudarte a no recuperar el peso perdido.
Ser capaz de mantener un peso determinado es tan importante como perderlo.
Habla con un médico sobre las diferentes opciones de tratamiento, que pueden incluir:
¿Cómo influye la cultura en el manejo de tu peso?
Apoyo y recursos útiles para acompañarte en tu camino hacia el manejo del peso.